29.10.16

Diario del Polo Sur. El último viaje del capitán Scott 1910-1912

Título: Diario del Polo Sur. El último viaje del capitán Scott 1910-1912
Autor: Robert Falcon Scott
Traducción y adaptación literaria: Juan Carlos Foix y Teresa García
Editorial: Interfolio Libros
Primera edición, Noviembre 2011
200 páginas
ISBN 978-84-937694-9-9

Sinopsis

Entre 1910 y 1912 el el Capitán Scott estuvo en su segunda expedición antártica. En el inicio del verano antártico de 1911 (noviembre) partió hacia el Polo Sur magnético, hasta entonces inexplorado. Supo que también un noruego intentaba por esas fechas alcanzar el Polo. La travesía fue muy larga (cinco meses en total) y muy complicada, y al llegar al Polo Sur Scott descubrió que Amundsen se le había adelantado algunas semanas. El viaje de vuelta fue una lucha continua contra la decepción, las inclemencias del tiempo y la debilidad de los cinco hombres que formaban el pequeño grupo que llegó al polo. La escasez de los víveres, las dificultades del terreno y el descenso inesperado de las temperaturas en el período estival fraguaron la tragedia en marzo de 1912.
En noviembre de ese año una expedición de rescate  encontró los cuerpos de Scott, Oates y Wilson, los últimos en morir, probablemente el 29 de marzo, fecha de la última entrada en el diario. Junto a los cuerpos se encontró ese diario y otros documentos y cartas. Evans y Bowers habían muerto antes, en ruta, y sus cuerpos no fueron encontrados.
Son las anotaciones de su diario las que leemos en este libro, que contiene también como anexo final algunas cartas escritas por Scott y un epílogo que cuenta muy resumidamente el rescate. 

Opinión personal 

Scott escribió su diario sin intención literaria alguna, y su función es puramente documental.  Pero no por ello me ha resultado menos interesante o emotiva su lectura. 
Scott anotó de forma aséptica, casi siempre, los datos más destacados de la sucesivas etapas del viaje, entre noviembre y marzo. Cada día sin falta informó de los quilómetros realizados, sus coordenadas geográficas, las temperaturas del día, la ruta que encontraron y los víveres que consumían. En ocasiones, mas a menudo en el viaje de vuelta, hizo referencia a sus compañeros de ruta y a su estado anímico. En especial hacia el final del viaje menciona repetidas veces el frío y el hambre que pasaron. El último mes soportaron temperaturas de entre −30 y −40º de forma permanente, sufrieron congelaciones graves en manos y pies y se alimentaron a menudo de raciones reducidas puesto que no tenían suficiente comida. Incluso prepararon un cóctel de medicamentos para morir dulcemente que al final no utilizaron.
Mientras leía me daba cuenta de que toda la literatura que no está simplemente no hace falta. Su historia es en sí misma tan dura y épica que no necesita adjetivos para ser contada. Y a pesar que ya conocía los dos hechos mas importantes de la historia —que no fue Scott quién llegó primero al Polo Sur, y que él y los otros miembros de su equipo murieron— la lectura me ha enganchado, y  deseaba todo el tiempo que un elemento mágico cambiara el pasado y así su trágico destino. 
Lo escrito por Scott en su diario toma un tono diferente en las últimas etapas del viaje. Si al principio se muestra un personaje orgulloso, aparentemente distante y pagado de si mismo, que se permite criticar a sus compañeros y que achaca todas las dificultades a la mala suerte, en el viaje de vuelta se vuelve más comprensivo, reconoce sus errores, y ensalza el valor de sus hombres. Algunos episodios de la vuelta son verdaderamente muy intensos. La muerte de Evans por agotamiento es tremenda, y la muerte de Bowers heroica; se marchó de la tienda moribundo y sabiendo que era una carga para sus compañeros y no le vieron mas. En sus últimas horas antes de morir, atrapados en su tienda en medio de una tormenta que duró varios días, sin combustible para cocinar y al final ya sin alimento, Scott demostró su auténtico valor escribiendo cartas a las esposas de sus hombres, a su propia esposa, y a amigos y conocidos pidiéndoles que cuidaran de las viudas y sus hijos. Y también reclamó al estado inglés el reconocimiento del valor de los expedicionarios y algún tipo de compensación económica para las familias. Una parte de esas cartas están en forma de anexo al diario en esta edición. 
También se incluyen unas fotos de los cinco hombres que llegaron al Polo y que hablan por si solas de la dureza del viaje. También sus últimas anotaciones conmueven: 
“Esperaremos hasta el fin, pero nos debilitamos gradualmente; la muerte no puede estar lejos. 
Es espantoso; no puedo escribir más. 
R.Scott.
Por el amor de Dios, ocupaos de nuestra gente”

También podeis leer El peor viaje del mundo / Neu, ossos blancs i uns homes més valents que els altres, novela en la que El diario del Polo Sur es un elemento inspirador.


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